Reportaje del IBÉRICO, el periódico en español de Londres

El mallorquín, Santi Oliver, piloto de blokart dos veces Campeón del Mundo, nos cuenta su experiencia en esta nueva modalidad de carrovelismo
Los primeros testimonios de carros impulsados por el viento se remontan al Faraón Amenembat II hace 4.000 años y a otras civilizaciones como la romana (405 A.C.) o la china (247 A.C.). El carrovelismo como deporte moderno data de finales del siglo IX y hacia el siglo XVII era utilizado en Europa como entretenimiento y transporte por holandeses y belgas. En los últimos 10 años ha llegado la revolución de la mano del neozelandés Paul Beckett y su blokart, que ha popularizado el carrovelismo deportivo, convirtiéndose en la modalidad de más rápida expansión en todo el mundo. Uno de los pilotos más rápidos que han surgido de esta mezcla de carreras de monoplazas con tácticas de vela es Santi Oliver. El talento de este piloto se ha forjado rodando en las tormentas de arena en las estepas mongolas, con la violenta tramontana al sur de Francia o con los potentes vientos del noroeste en el desierto del Mojave. Aunque no todo es tan extremo: encontramos a Santi en la pista de blokart de Son Vent, Binissalem (Mallorca), durante el bautismo carrovelista de un grupo de jóvenes con parálisis cerebral que participan activamente conduciendo los blokart junto a familiares y amigos.

Vemos a los chicos conduciendo los blokart sin problema, ¿Es un deporte adaptado?
No del modo en que se conoce el deporte adaptado, es muchísimo mejor. Al ser un carro tan compacto y ligero, practicamos y competimos tan sólo diferenciados por categorías de peso, no importa la edad, género o condición física.

Entonces, ¿Hay discapacitados en la competición de blokart?
Preferimos referirnos a personas con enfermedades o lesiones que reducen la movilidad, la mayor parte de las veces la falta de capacitación la conforman las barreras del propio entorno. El blokart sin adaptaciones específicas puede ser manejado por personas con lesiones medulares, parálisis cerebrales, distrofias musculares… por lo que puedes ver habitualmente a pilotos en la alta competición como a los neozelandeses Alan Levitt y Tom Scott, Marieke Vervoort (Bélgica), Edu Cano (España), Frank Allicot (Francia) o Steve Varden (Reino Unido)… usando las mismas tácticas y técnica que pilotos «válidos».

¿Cómo y cuándo te iniciaste en este deporte?
Durante el fin de año del 2006 coincidí con Xavier Estarellas, pionero de la competición en blokart en España. Mientras mostraba el blokart a unos amigos, me invitó a probarlo y a los pocos minutos ya me movía con absoluta seguridad sin tener experiencia previa de vela y con una sensación de velocidad solo comparable a la de ir en moto. En pocas semanas ya éramos seis pilotos, con una pista de 4 hectáreas y formábamos la Asociación Balear de Blokart.

¿Cuál es el secreto para haber llegado a lo más alto en tan poco tiempo?
El equipo. Aunque esta sea una modalidad en la que el piloto es completamente independiente, aquí no se progresa sin un equipo con el que no solo entrenas, sino compartes el tiempo libre junto a la familia. La cantidad y la calidad de las horas que paso junto a mis compañeros es lo que nos da la calidad como pilotos. Mis éxitos, son los éxitos de un equipo, el fruto de un trabajo en común.

¿Cuáles han sido tus experiencias más extremas sobre un blokart?
En el lago seco de Red Lake, en Arizona, donde rodé a 100 km por hora. También en la playa de La Franqui, en Francia, rodando con vientos violentos de tramontana con rachas de más de 50 nudos y el último día de travesía del Desierto del Gobi en una tormenta de arena con un viento que oscilaba entre los 70 y los 100 km por hora.

¿Qué te motiva a seguir practicándolo?
La verdad es que al tener Hepatitis C desde el año 92, mi capacidad física es bastante limitada y no me permite practicar ningún deporte. En cambio, puedo pasarme todo el día rodando con mis amigos y familia disfrutando de una actividad al aire libre que sólo me exige un esfuerzo mínimo.

¿Es un deporte caro?
Por el precio de una bicicleta de montaña de gama media puedes tener todo lo necesario para presentarte a un campeonato del mundo sin necesidad de renovar el material cada año y al caber todo dentro de una maleta, me permite llevarlo en un coche compacto o facturarlo para volar a eventos internacionales.

¿Qué beneficios le aporta a la persona con movilidad reducida practicar este deporte?
El principal es pertenecer a una comunidad sin diferencias en la práctica del deporte pues esto no beneficia tan sólo a la persona con movilidad reducida, sino al conjunto de nuestra creciente comunidad. El contacto permanente con todos nuestros compañeros en los distintos aspectos de las actividades que desarrollamos como asociación, nos permite conocer más sobre las diferentes lesiones o enfermedades, mejorando nuestro conocimiento y sensibilidad sobre las mismas.

¿En qué punto está esta clase de monotipo hoy?
Tras 10 años desde su origen, más de 10.000 practicantes en todo el mundo lo han convertido en la modalidad de vela de más rápida expansión convirtiéndose en el equivalente terrestre de la clase Laser. Asociaciones y clubs surgen continuamente por todo el mundo en países donde no había una tradición carrovelística. La llegada del blokart ha permitido rodar en espacios más pequeños conservando las sensaciones racing de las clases más grandes. Si algún día se convierte en modalidad olímpica, se podrán ver atletas en sillas de ruedas o de 60 años compitiendo en unos JJOO en igualdad de condiciones.

¿Cuál es el futuro en España?
Los nuevos pilotos que surgen continuamente por todo el país se están agrupando en comunidades que practican periódicamente, consolidándose en la Asociación Española de Blokart, siendo ésta una de las más activas y participativas que existen ahora mismo en todo el mundo. Ya se han celebrado varios Campeonatos de España y esta temporada ya se está realizando una liga nacional.

¿Qué les dirías a nuestros lectores para animarles a practicar este deporte?
Que la satisfacción física, mental y anímica que conseguirán rodando en la seguridad de un blokart sólo es comparable a la que se consigue en deportes que necesitan de una gran preparación física, técnica y que además comportan cierto riesgo… de ahí que se les catalogue como deportes de riesgo o extremos. Sobre un blokart cada uno decide hasta donde llegar y en que convertirlo, es un vehículo perfecto para la familia, para los aventureros, para los competitivos… que busquen cerca de su entorno un club o asociación y no dejen pasar la oportunidad de subirse a uno para sentir la euforia de rodar junto a Eolo.